miércoles, 12 de diciembre de 2012

Etiqueta del anís del mono

Darwin y el anís del mono




“Anís del mono” es una marca española muy popular de licor fundada en 1868. Su etiqueta hace honor a su nombre y en ella aparece un mono. Esta etiqueta tiene una estrecha relación con nuestro amigo evolucionista. La leyenda afirma que la familia de los fundadores tenía negocios en América y desde allí les llegó un mono que instalaron como mascota en la fábrica. De aquí viene el nombre de “anís del mono”.

Unos años más tarde, viendo las controvertidas discusiones en torno a las teorías de Darwin que afirmaban que el hombre desciende del mono, los licoreros tomaron al padre de la teoría de la evolución como estandarte y lo pusieron en la etiqueta de sus botellas. Como pueden ustedes comprobar, hicieron una extraña fusión entre un mono y la cabeza barbuda de Darwin para dar lugar al personaje que gobierna las etiquetas. Este mono sostiene un pergamino con la frase: “Es el mejor. La ciencia lo dijo y yo no miento”. Por supuesto, lo que decía la ciencia era que el hombre y el mono somos hermanos y, por lo tanto, que el “anís del mono” debería ser el mejor “para el hombre”.

Estudio sobre la evolución


La teoría de la evolución de Darwin/Wallace


La estructura de la teoría de la evolución por selección natural tal como Darwin y Wallace la expusieron en sus escritos se apoya en tres puntos básicos:
1) Los descendientes heredan los caracteres de los progenitores de generación en generación. Darwin, sin embargo, no conocía las leyes de la herencia sobre las que se estaba trabajando precisamente en los años en los que dio a conocer su teoría. Las leyes de la herencia que hoy son aceptadas científicamente y que fueron descubiertas por Mendel no se conocieron hasta el comienzo del siglo XX. Las explicaciones propuestas por Darwin para la herencia de los caracteres resultaron erróneas y fueron pronto rechazadas. Estas explicaciones, no obstante, no formaban parte del contenido del “Origen de las especies”.
2) En el proceso de la herencia ocurren variaciones espontáneas que son por azar o ciegas. Se habla de variaciones por azar o ciegas en un doble sentido. Por una parte no se pueden determinar sus causas. Por otra parte, dichas variaciones no están orientadas a una mejor adaptación del organismo al medio, es decir, no hay ninguna orientación a priori en ellas. En la primera edición del “Origen de las especies” Darwin rechazaba explícitamente la herencia de los caracteres adquiridos defendida por Lamarck. Más tarde, sin embargo, matizó dicho rechazo.
3) Existe reproducción diferenciada en los individuos de una población. El motivo es doble: o bien algunos individuos poseen mayor fertilidad que otros, o bien están mejor adaptados al medio. Mejor adaptación al entorno se traducirá en una mayor supervivencia y, consiguientemente, en una mayor descendencia.

El impacto de las ideas de Darwin/Wallace fue enorme. Muy poco después de la publicación del “Origen de las especies”, ya en la década de los 60, la evolución basada en la selección natural defendida por Darwin era, en la práctica, universalmente aceptada. No obstante, muy pronto empezaron a plantearse las primeras objeciones a su propuesta. Las objeciones a partir de los 60 no iban dirigidas contra el hecho de que hubiera evolución, es decir, que las diversas especies descendieran de otras comunes y anteriores en el tiempo, sino que se dirigían directamente contra lo que hacía original su propuesta, es decir, que el motor de la evolución fuera las variaciones al azar y la selección natural.

Darwin se enfrentó personalmente con buena parte de las objeciones que se han puesto hasta nuestros días a su teoría de la evolución. Sus puntos de vista fueron expuestos en sucesivas ediciones del “Origen de las especies”. No solamente se centró en el problema del origen y el incremento de la complejidad de los seres vivos, sino también, por ejemplo, abordó problemas como el de la escasez de registro fósil disponible de los supuestos seres vivos que debían haber existido como consecuencia de una evolución gradual como la defendida en su propuesta.

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Importancia de la selección natural en la evolución

El grado de intervención de la selección natural en el proceso evolutivo ha sido también un constante objeto de debate desde la formulación de la teoría de Darwin. La controversia sigue abierta en el ámbito puramente científico. Hay que tener en cuenta que a este mecanismo se le ha dado siempre un papel central dentro de la ortodoxia de la teoría sintética. En él se apoya gran parte de la originalidad de la propuesta de Darwin.
No obstante, actualmente se aducen razones para atenuar su importancia en la evolución, como las que presentan los ya mencionados neutralistas. También siguen ofreciéndose importantes razones para destacar su importancia. Un argumento empleado con frecuencia en su defensa consiste en la constatación, sobre todo en el ámbito de la macroevolución, de la existencia de la “evolución convergente”: hay seres vivos muy alejados desde el punto de vista filético, o que han evolucionado de una manera aislada, pero que han desarrollado organismos similares y han alcanzado soluciones funcionales extraordinariamente parecidas.

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Volver al índiceTeoría de la evolución y evolucionismo

Es importante distinguir entre Teoría de la evolución, que aquí hemos presentado como una teoría de carácter estrictamente científico, y el Evolucionismo.

Toda ciencia se encuentra asociada a un método que puede ser más o menos explícito o definido. El método no consiste simplemente en un conjunto de reglas operativas sino que incluye elementos de muy distinto tipo y alcanza una gran complejidad en la ciencia real. En todos los casos, el uso de un método siempre comporta una reducción en el ámbito abarcado de la realidad estudiada. Esta reducción es especialmente necesaria si se quiere alcanzar uno de los objetivos que persigue la ciencia empírica y que consiste en controlar, de alguna manera, la realidad: ciencia empírica es «aquella actividad humana en la que se busca un conocimiento de la naturaleza que permita obtener un dominio controlado de la misma».

Evolucionismo significaría, en este contexto, una cosmovisión en la cual el mundo natural se contempla y explica en su totalidad a través del método desarrollado por la teoría de la evolución. Esta pretensión, que puede constatarse en algunos autores actuales, no es en absoluto legítima. La situación es paralela, aunque con sus propias características, a la que se derivó del nacimiento de la mecánica. La física del siglo XVII constituyó una verdadera novedad en el modo de entender la realidad natural y trajo consigo multitud de beneficios para la humanidad. Pero junto con la disciplina científica también se desarrolló un modo de pensar globalizante, y por tanto de carácter filosófico, que recibió el nombre de mecanicismo o filosofía mecánica. El nacimiento de una nueva ciencia en la que se ofrecen resultados satisfactorios y respuestas a problemas antes no resueltos, y en la que se abren perspectivas de alcanzar nuevos e importantes conocimientos, constituye siempre una ocasión para incurrir en un reduccionismo. La ocasión será tanto más tentadora cuanto más poderoso sea el método y más espectaculares sean los resultados alcanzados con la nueva ciencia.

La confusión de la teoría de la evolución con el evolucionismo es frecuente y ha dado lugar a controversias como la que ha enfrentado el darwinismo con el creacionismo o, más recientemente, con el “Diseño Inteligente”. Las pugnas de este tipo no llegan nunca a ningún puerto porque, ordinariamente, la discusión se centra en aspectos de ámbito filosófico. Este es precisamente el ámbito que los contendientes no pueden alcanzar al pretender mantenerse dentro de la ciencia. El recurso a ideologías, al menos implícito, hace el acuerdo imposible.

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miércoles, 5 de diciembre de 2012

Video que nos expilca brevemente la teoría


10 Curiosidades sobre Darwin

1. Le gustaba probar especies raras

A lo largo de su vida, Charles Darwin sintió curiosidad no sólo por la ciencia, sino por todo lo que le rodeaba. Así que cada vez que descubría un animal extraño se preguntaba qué sabor tendría después de pasarlo por la plancha.

Mientras estaba en la Universidad de Cambridge se unió al "Club del Gourmet", que se reunía una vez a la semana para probar rarezas, como la carne de halcón o de búho, cuyo sabor calificó de "indescriptible". Pero estas no fueron las únicas rarezas gastronómicas que probó Darwin. Durante el viaje del Beagle comió armadillos y agutíes. En la Patagonia probó el sabor del puma y en las Galápagos se zampó algunas iguanas y tortugas gigantes. Las tortugas le gustaron tanto que cargó 48 ejemplares en el barco para comérselas en el viaje de regreso.

2. Quiso ser médico, pero no soportaba la visión de la sangre

Darwin acudió a la Universidad de Edimburgo con la esperanza de convertirse en médico como su padre, pero pronto abandonó la idea ya que no era capaz de resistir la visión de la sangre. Así pues decidió estudiar teología para ser clérigo rural, lo que resultaba compatible con su afición naturalista.

3. Su nariz casi le impide viajar en el Beagle

Como se ha contado muchas veces, el capitán del Beagle, Robert FitzRoy, estuvo a punto de rechazar a Darwin en el barco por la forma de su nariz. Fitzroy era un seguidor de las teorías de Lavater quien creía que se podía juzgar a un hombre por su fisonomía y la nariz de Darwin indicaba que no poseía la suficiente fuerza y determinación para un viaje de aquellas características.

4. El mejor regalo de cumpleaños de la historia: ¡una montaña!

El día de su 25 cumpleaños, el 12 de febrero de 1834, el capitán FitzRoy decidió ponerle el nombre de Darwin a una de las montañas que iban descubriendo a su paso. Desde entonces, se conoce como monte Darwin a la cima más alta de Tierra de Fuego. Pero no fueron las únicas: Darwin tiene otras tres montañas con su nombre, en California, Tasmania y la Antártida.

5. El título completo de "El Origen de las Especies"

No todo el mundo conoce que el título completo de su obra más conocida es "El origen de las especies mediante la selección natural o la conservación de las razas favorecidas en la lucha por la vida". En la sexta edición, se acortó el título.

6. Darwin no inventó la frase "la supervivencia del más fuerte"

En realidad la frase es de Herbert Spencer, filósofo contemporáneo a Darwin, que lo propuso en su libro Principios de Biología en 1864 y extendió sus implicaciones en términos sociales, éticos y económicos. Darwin la incluyó en la quinta edición, haciendo referencia a Spencer.

7. Se casó con su prima después de sopesarlo

Darwin era un hombre metódico y sopesó la decisión de casarse con su prima, Emma Wedgwood, hasta el punto de hacer una detallada lista con las ventajas e inconvenientes. En la lista de casarse indicó: hijos (si Dios quiere), compañía constante (mejor que la de un perro), cuidados de la casa… Todas estas cosas son buenas para la salud pero una terrible pérdida de tiempo. Y en la de no casarse anotó: Sin hijos, nadie que te cuide en la vejez, aunque con libertad para ir donde me apetezca.

Sorprendentemente, al final optó por casarse.

8. De cómo perdió la fe

Cuando comenzó su viaje en el Beagle, Darwin era una persona bastante religiosa, e incluso leía algunos pasajes de la Biblia a la tripulación. Pero todo lo que vio durante travesía le fue cambiando poco a poco. El golpe definitivo fue la muerte de su hija con sólo 10 años. Desde entonces, se declaró agnóstico.

No hace mucho, leyendo ‘La montaña de almejas de Leonardo’, de Stephen Jay Gould, descubrí el siguiente fragmento de una carta de Darwin al botánico Asa Gray, en la que comenta la reacción a su teoría de la Evolución y que clarifica bastante su punto de vista:

“Con referencia al punto de vista teológico de la cuestión. Esto siempre es doloroso para mí. Estoy perplejo. No tenía la intención de escribir de forma atea. Pero reconozco que no puedo ver tan claramente como otros hacen, y como me gustaría hacer, indicios de designio y de benevolencia a todo nuestro derredor. Me parece que hay mucha miseria en el mundo. No puedo persuadirme de que un Dios benévolo y omnipotente hubiera creado adrede los Icneumónidos con la intención expresa de que comieran desde dentro del cuerpo vivo de orugas, o de que un gato tenga que jugar con los ratones”

9. Era un fanático del Backgammon

Tras regresar de Sudamérica, Darwin sufrió de una extraña dolencia que le debilitó considerablemente y no volvió a salir de Inglaterra. Una de sus aficiones favoritas eran las partidas de Backgammon que disputaba cada noche con su mujer, y cuyos resultados apuntaba celosamente en un cuaderno.

10. La iglesia de Inglaterra ha terminado pidiéndole perdón

Dos siglos después de su nacimiento, y tras los feroces ataques que sufrió por parte de los religiosos de la época, la Iglesia de Inglaterra (anglicana) pidió recientemente disculpas a Charles Darwin por “malinterpretarle”: "Charles Darwin: 200 años después de tu nacimiento, la Iglesia de Inglaterra te debe una disculpa por malinterpretarte y por, además de tener una reacción equivocada, haber animado a otros a no comprenderte tampoco. Tratamos de practicar la antigua virtud de 'fe buscando la comprensión' y confiamos en que esto suponga una reparación".